Media vida dedicada a la imagen personal sin darme cuenta de que parte de mi trabajo era escuchar, empatizar y comprender las miles de problemáticas que transitaban mis client@s y que en un lugar «seguro» eran capaces de compartirlo. Contarlas era terapéutico y liberador y a mí cada día me hacía replantearme cuál era verdaderamente mi lugar.

La muerte y el cambio han sido claves para mí, gracias a sucesos trágicos e impactantes me he deconstruido y he sido capaz de convertirlos en mi motivación, mi profesión y mi propósito. Mi carácter resiliente me ha hecho aprender a adaptarme a los cambios, a moverme en arenas movedizas sin que el miedo me impidiese saltar una vez más y ser arrastrada por lo inevitable. Por ello tengo el firme convencimiento de que si yo he podido tú también puedes y mejor aun yendo acompañado y sostenido durante el proceso.

Es por ello que me formé en coaching e inteligencia emocional, además de otras técnicas y herramientas energéticas y todo ello me hizo replantearme QUÉ ESTABA HACIENDO y QUÉ QUERÍA a partir de ese momento. Comprendí que todas mis VIVENCIAS Y EXPERIENCIAS CON LA MUERTE habían tenido un POR QUÉ y un PARA QUÉ y entendí que MI PROPÓSITO era unir el conocimiento que había adquirido junto a mi experiencia para ACOMPAÑAR a aquellos que, como yo en mis momentos oscuros, necesitan adquirir HERRAMIENTAS y darse VALOR para salir de lo que sea que les tiene atrapados en este u otros momentos de cambio, de falta de visión y de perspectiva.

Ahora me dedico a acompañar a quienes saben que hay algo en sus vidas que no funciona o se ha quedado obsoleto y no saben ni qué hacer ni cómo gestionarlo.